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Opinión

Mujeres Al Poder

Imagino que al leer el título de esta nota se acordaron de “La Guerra de los Sexos”, pero descuiden que no les voy a hablar de programas de televisión, presentadores ni nada por el estilo (no ahora). Pero esta frase es la que mejor  describe lo que está pasando con el género femenino en nuestros días, quienes no solo dirigen sus hogares sino también instituciones y en algunos casos los destinos de una nación.

En América Latina ya vamos por 10 mujeres  que aunque si bien es cierto algunas han sido electas de forma interina o efímera  han estado al mando en el gobierno. Unas han salido mal paradas como fue el caso de Mireya Moscoso, presidenta de Panamá 1994-2000 cuyo mandato fue salpicado con denuncias de corrupción, otras con buenos y malos momentos (como todo en la vida) han terminado sus  mandatos en la fecha establecida y en casos como el de la  ex presidenta de Chile Michelle Bachelet que dejó el mandato con un 80% de aprobación del pueblo se ha dado cátedra de que cuando hay capacidad y determinación, sin importar el género se puede hacer un buen trabajo. Con  el paso del tiempo más y más mujeres están haciendo carrera política, los pueblos están creyendo en ellas y les están dando la oportunidad de probar su capacidad.

El caso de República Dominicana

Aunque desde hace muchos años tenemos mujeres haciendo carrera política en nuestro país (senadoras, diputadas, regidoras….) en muy pocas ocasiones las hemos visto optar por cargos de presidenta o vicepresidenta. La primera vez fue en 1961 cuando  la Sra. Josefina Padilla de Sánchez iba como candidata a la vicepresidencia acompañando a Alfonso moreno por el partido El Machete Verde. Después  en los 90’s Maribel Gassó  acompañó a Jacinto Peinado  optando también por el título de vicepresidenta, pero no fue hasta el año 2000 cuando la Dra. Milagros Ortiz Bosch  llega a la vicepresidencia acompañando al Ing. Rafael Hipólito Mejía Domínguez cuando se materializa el hecho de ver una mujer en las altas esferas del poder de esta nación.

Hoy  se siente olor a mujer en la campaña política con miras a las elecciones presidenciales del 2012  pero esta vez con un aire distinto. La Dra. Margarita Cedeño de Fernández esposa del presidente  en funciones Dr. Leonel Fernández Reina  inscribe su candidatura a las elecciones primarias del Partido de la  Liberación Dominicana. Un imparcial diría ¿Qué hay de malo en eso? Pero  para todos los que vivimos aquí y tenemos la mente políticamente descontaminada nos parece estar ante un teatro de títeres.

Empecemos por el hecho de que la Dra. Cedeño de Fdez no ha hecho carrera política en el país, vinimos a saber de ella cuando el presidente Fernández  tomó posesión en su segundo mandato en agosto del 2004  y de entrada llamó la atención de todos por los extravagantes vestuarios que lucía  (que a veces estaban tan cargados que me recordaba al personaje de “roba la gallina”). No podemos  negar que ha hecho buen trabajo a través de las actividades que organiza y/o patrocina el despacho de la primera dama, pero de ahí a ser presidenta hay que caminar un trecho muuuuuy largo. El marido declina a postularse como candidato presidencial (todos sabemos que es porque la constitución no se lo permite) y  ella no ha dado siquiera una entrevista donde por lo menso presente su propuesta de gobierno lo que nos lleva a pensar…”aquí hay un maco”.

Puede que no sea hoy o mañana, pero si las mujeres somos mayoría, cada día con más independencia, más preocupada por nuestra formación intelectual y crecimiento profesional, ocupando puestos importantes en las instituciones de nuestro país. Tarde o temprano habrá una candidata presidencial y el pueblo se está preparando para esto, pero mientras ese momento llega candidaturas como la de la Margarita Cedeño de Fdez más que un avance de las mujeres en la política nacional es un chiste de mal gusto para aquellas  que desde hace muchos años vienen haciendo carrera en el área y no han encontrado la oportunidad de postularse y un atraso en la lucha por la igualdad de género (dejarnos utilizar como títeres no concuerda con nuestra causa).

 

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