Existen muchas concepciones de la vida, es tan relativa que  dependiendo del criterio de cada uno cambia de enfoque. Entre todas las teorías podemos concebirla  como una escalera que poco a poco vamos subiendo. Esto implica que con cada escalón tenemos experiencias nuevas, conocemos nuevas personas, nuevos lugares etc. Y concomitántemente  hay experiencias, lugares y personas que van quedando atrás. Dejamos las experiencias de ayer que nos prepararon para vivir hoy, lugares que quizás recordaremos con nostalgia de los cuales por una razón u otra nos debemos mover y personas que llegaron al final de su camino o que por decisión, cobardía o falta de opciones un día dejaron de luchar y permanecieron en el escalón que más les acomodó o simplemente donde se agotaron las fuerzas para seguir.

El problema con todo esto es que a veces quienes renuncian a seguir se convierten en los obstáculos a vencer por los que  están dispuestos a llegar a la meta. Día a día en los trabajos, centros de estudio incluso entre conocidos nos encontramos con personas a quienes sus complejos no los dejan avanzar, su estancamiento degenera en mediocridad y no soportan la idea de que otros con iguales condiciones que ellos le superen en ciertas áreas.

No es fácil superar los obstáculos con los que nos encontramos en el camino, quebrar el molde que la sociedad ha preparado para nosotros, vencernos a nosotros mismos siendo lo suficientemente osados como para burlar nuestros complejos y seguir, sorprendiéndonos de los resultados que podemos obtener. Aunque todo lo anterior supone un gran esfuerzo  el mayor reto viene del exterior y sus efectos repercuten en nosotros con la misma intensidad que las luchas internas. “Los complejos de los demás disfrazados de críticas”.

Es común escuchar decir a personas de éxito que en algún momento de sus vidas o de sus proyectos alguien les dijo “no puedes hacer eso”, “no es algo para gente de nuestra clase”, “será que no has visto tu color??” … y aún así cerraron sus oídos a estos comentarios, fueron detrás de su meta y llegaron. Estamos rodeados de personas que se han dejado vencer por el miedo, que teniendo talento lo han desperdiciado por falta de coraje para atreverse, que se han detenido ante el primer NO PUEDES y que ahora son ellos quienes detienen a otros.

Examina tu interior, reconoce tus dones (cada día en pequeñas cosas te recuerdan que están ahí), búrlate de tus complejos, encuentra el valor para enfrentar tus miedos y has que el sacrificio valga la pena  caminando los más lejos que puedas llegar en la escalera de la vida.

Como dirían los muchachos en lenguaje popular “lo que ta’ pa’ ti TA’ PA’ TI”, pero si no vas por ello la persona que se esfuerce más que tú está en todo el derecho de poseerlo.